Llega el invierno y con él, los poemas buscan refugio al
calor de lo compartido. Por eso el Taller y Laboratorio Literario El Asador
organiza el 2º Slam de poesía, una oportunidad para encontrarnos y poner en
comúnnuestras voces en un ejercicio de
retórica de las emociones.
¿Qué es un Slam?
Es un evento poético en el que varios poetas se juntan a
leer sus creaciones.En los últimos
años, los slams están proliferando en distintos lugares. Cada uno tiene su
propia dinámica aunque básicamente consiste en una competición de poesía en la
que el público decide quién es el ganador.
En el slam que propone El Asador, el público, tras escuchar
a los rapsodas, elige anotando en un papel sus poetas favoritos. Los que más
puntos obtienen pasan a la siguiente ronda hasta que sólo quede uno.
Para amenizar la velada, habrá pequeñas actuaciones
musicales entre los versos, alguna intervención artística y una picada para
compartir.
Porque seguimos creyendo en herramientas colectivas a la hora de sentarnos a escribir y por un costillar de otras cosas de carácter erótico:
cambiamos de horario y día, pero no abandonamos. Ahora nos juntamos los jueves a las 17hs para seguir fogoneando el taller y laboratorio literario El Asador.
Introducción
Cómo haré para tomarte en mis adentros, guitarra... Cómo haré para que
sientas mi torpe amor, mis ganas de sonarte entera y mía... Cómo se toca
tu carne de aire, tu oloroso tacto, tu corazón sin hambre, tu silencio
en el puente, tu cuerda quinta, tu bordón macho y oscuro, tus parientes
cantores, tus tres almas, conversadoras como niñas... Cómo se puede
amarte sin dolor, sin apuro, sin testigos, sin manos que te ofendan...
Cómo traspasarte mis hombres y mujeres bien queridos, guitarra; mis
amores ajenos, mi certeza de amarte como pocos... Cómo entregarte todos
esos nombres y esa sangre, sin inundar tu corazón de sombras, de
temblores y muerte, de ceniza, de soledad y rabia, de silencio, de
lágrimas idiotas...
Allanamiento
Hoy anduvo la muerte buscando entre mis libros alguna cosa... Hoy por la
tarde anduvo, entre papeles, averiguando cómo he sido, cómo ha sido mi
vida, cuánto tiempo perdí, cómo escribía cuando había verduleros que
venían de las quintas, cuando tenía dos novias, un lindo jopo, dos pares
de zapatos, cuando no había televisión, ese mundo a los pies, violento,
imbécil, abrumador, esa novela canallesca escrita por un loco... Hoy
anduvo la muerte entre mis libros buscando mi pasado, buscando los
veranos del 40, los muchachitos bajo la manguera, las siestas
clandestinas, los plátanos del barrio, asesinados, tallados en el
alma... Hoy anduvo la muerte revisando mi abono del tranvía, mis amigos,
sus nombres, las noches del Café Montevideo, las encomiendas por la
Onda con olor a estofado, revisando a mi padre, su Berreta, su Baldomir,
revisando a mi madre, su hemiplejia, al Uruguay batllista, a Arístides
querido, a mis anarcos queridos bajo bandera, bajo mortaja, bajo vinos y
versos interminables... Hoy anduvo la muerte revisando los ruidos del
teléfono, distintos bajo los dedos índices, las fotos, el termómetro,
los muertos y los vivos, los pálidos fantasmas que me habitan, sus pies y
manos múltiples, sus ojos y sus dientes, bajo sospecha de subversión...
Y no halló nada... No pudo hallar a Batlle, ni a mi padre, ni a mi
madre, ni a Marx, ni a Arístides, ni a Lenin, ni al Príncipe Kropotkin,
ni al Uruguay ni a nadie... ni a los muertos Fernández más recientes... A
mí tampoco me encontró... Yo había tomado un ómnibus al Cerro e iba
sentado al lado de la vida... Pasé frente al Nocturno y la vida había
pintado unos carteles... Pregunté en una esquina por la hora, y en la
bolsa del hombre que me dijo la hora iba la vida, junto con su
almuerzo... Hoy dejaré las puertas y las ventanas de mi casa abiertas...
y la noche entrará por todas las ventanas de mi casa, por todas las
ventanas de todo el barrio, por todas las ventanas de todos los
cuarteles y de todas las cárceles, por todas las ventanas de los
hospitales... la noche entrará, cabeceando, saltará para adentro, sombra
a sombra a la luz del farol... y se echará en el piso como un perro... y
aguardará hasta la madrugada... Hoy... dejaré las puertas y las
ventanas de mi casa, abiertas, para siempre...
La casa
... Mi corazón está mejor sitiado que mi casa... mi casa, más cercada
que mi barrio... mi barrio, cercado por mi Pueblo... En mi barrio vive
el Presidente, cercado por un muro casi derrumbado...
Uruguay for export
Temblando, con el frontal partido por el marrón, por el marronero, cae
sobre sus costillas, pesada como un mundo, la res... Cae con estrépito,
de bruces sobre el cemento... balando al descuajarse su osamenta, ya
sólo un pobre costillar enorme, ya sólo un pobre cuero y sangre, media
tonelada de huesos astillados, hincados en toda esa vida temblorosa y
atónita... Ahí se va alzando, como un pesado pingajo, atrapada por la
pata por un gancho que le salta arriba, que la alza por un ojal abierto
en el garrón de un cuchillazo en plena estupidez sentimental, en plena
media tonelada de monstruoso dolor, incomprensible, absurdo, balando,
plañidera y tonta, como un escarabajo que no piensa, mientras medita
lentamente por qué duele tanto y por qué duele qué parte de quién que es
ella misma, la res, abierta al descuartizamiento atroz por todas
partes, que nunca habían dolido y que eran tantas partes, tan
extensas... y que pastando nunca habían dolido... haciendo leche,
esperma, músculos, crin y cuero y cornamenta viva, que eran la vida
misma manando hacia sus adentros, vibrando tiernamente como un sol
cálido hacia sus adentros... y nunca habían dolido... Ya está colgada...
Las patas delanteras se enderezan, se endurecen y avanzan hacia
adelante y hacia arriba, implorantes y fatalmente rígidas, rematadas en
cortas pezuñas que hace un instante amasaban el barro del corral, el
estiércol de otros cien balidos, dinosaurios del siglo de las máquinas,
nacidos para morir de un marronazo... Ahora ya es carne azul colgada en
la heladera: "Uruguay for export"... Aquella res, que murió de un
marronazo, cayó y tembló todo el frigorífico... Aquella otra res que
recibió el marronazo en plena frente, de dos dedos de espesor, mientras
entraba al tubo desconfiando porque allí no había pasto, alcanzó a
comprender que había otra res delante, balando, que ya se la llevaba el
gancho... y cayó detrás, también, y el cemento tembló bajo esos
huesos... Aquella otra res, que esquivó el marronazo y que cayó también,
con un ojo reventado y una guampa partida, deshecha, también cayó y
tembló la tierra, tembló el marrón, tembló el marronero; la res, murió
temblando de dolor y de miedo... de un marronazo en plena frente "for
export" del Uruguay...
Flor show (por vals)
En la punta del agua... una flor blanca, luminosa, de quince dólares, se
hace chispa, se abulta, se diluye, chorrea entre otras flores más
pequeñas, llora, se agita, la catapulta el chorro de agua y sube como
bola en el aire... Está naciendo siempre, mientras el agua canta en esa
fuente de la boîte... Entre aplausitos, al compás de la orquesta, blanda
flor blanca, acuosa, nostalgiosa en el aire... subida en los aplausos
como espitada, hendida, empitonada... gime y llora en la noche, tira
estrellas bailando bajo el humo, renace, llora por el chorro azul-blanco
de la fuente como si fuera planta que la cría -y que no es-... y sin
embargo, así seguirá abriéndose, muriendo, hinchándose y flotando,
mientras duren la noche, su belleza infantil de ingeniería, su blando
corazón bajo el foquillo fijo y lechoso... el gringo, el chorro de agua a
precio, el aire de importación, esas hembras, el mozo, esos señores...
Mis alas
... Hace un buen rato ya que doy trabajo y vengo acostumbrándome al
desuso de mi alma, a la razón del enemigo, a mis sesenta cigarrillos
diarios, a las malas costumbres de mis canciones, que de algún modo
siempre fueron nuestras, vos lo sabés, Guitarra Negra... Hoy reanudo en
un cómico enderezo la hora de ayer parada en su nostalgia… Me hacen
sufrir las alas que me puse para volar, mas grito y se alzan, gimo y me
acompañan, río y baten de a dos, como que están amándose y se odian sin
embargo mis dos alas... se odian, se enderezan, se hacen amigas mías
para llevarme por todas partes: allá está la canción, aquí la nada...
más allá el Pueblo y más acá el Amor... Pero el Pueblo está también más
acá... y antes estaba allá también, detrás del Pueblo el Pueblo... Hemos
viajado por todos mis caprichos y el Pueblo osando(sic)
el piso, amándose con alas como las mías... odiando su destino,
odiándome y amándome sin alas, con millones de pies, con manos y cabezas
y lenguas... y sus mil bocas dicen: "ahora, la suerte ya está
echada..."
La mariposa
La mariposa viene hacia mí en la calle, en el aire húmedo, por el aire
húmedo bailando, por el aire agobiante, ominoso, bailando en el aire
caliente... y yo vi que no era a mí a quien buscaba sino a la muerte... y
que no buscaba la muerte también vi, porque no era mariposa de la
ciudad de hierro, ni nacida para eso... sino que era mariposa nada más,
en la ciudad, presa y ya muerta de antemano, fatalmente... buscando en
ese bailar loco y frágil un ala, un grano, una pizca de polen en el
cemento... Porque la mariposa nace y no aprende nada hasta que muere en
cualquier sitio, herida de muerte por su semana justa, por su tiempo
preciso, por su sorbito de vida ya bebida... Eso no es tan triste...
triste es ver su cadena de huevos en el hollín, depositados junto a un
río de aceite, a la sombra de las altas paredes de cemento... Su cadena
de huevos de seda...
Hago falta
Hago falta... yo siento que la vida se agita nerviosa si no comparezco,
si no estoy... Siento que hay un sitio para mí en la fila, que se ve ese
vacío, que hay una respiración que falta, que defraudo una espera...
Siento la tristeza o la ira inexpresada del compañero, el amor del que
me aguarda lastimado... falta mi cara en la gráfica del Pueblo, mi voz
en la consigna, en el canto, en la pasión de andar, mis piernas en la
marcha, mis zapatos hollando el polvo... los ojos míos en la
contemplación del mañana... mis manos en la bandera, en el martillo, en
la guitarra, mi lengua en el idioma de todos, el gesto de mi cara en la
honda preocupación de mis hermanos.
Exhortación y propósitos
Cómo haré para tomarte en mis adentros, guitarra, guitarra negra... Dice
Enrique, mi hermano, que hay cierto perro hundido que se lame
mansamente y nos lame, lamiéndose, una herida quieta allá al fondo,
sentado en su escalón... Y dice más mi hermano el otro Enrique, en
Praga: dice que amarte con certeza, hacerte enteramente hembra, darte lo
que de vida tengan mis urgencias, será amar más y más a Jaime; amarlo,
más de veras... por su alma, su propio perro mordedor bajo el garrote,
el cable, el puñetazo, la bolsa de arpillera, el plantón y el insulto...
la olvidada mejilla que no ponen ni él ni nadie a golpear... sino con
hambre y Rita y José Luis, por Gerardo y Raúl y Rosa y Sara y
Mauricio... y por todos nuestros muertos... Y he sabido, guitarra, que
este otro perro que criaste, ladrador, campesino, a veces manso o
vigilante, que roe su propio hueso en la penumbra y gruñe... cual casi
todo perro popular, vagará por tus anchas veredas, tus milongas
sangrantes... hasta morir también... tal vez un día... de soledad y
rabia... de ternura... o de algún violento amor; de amor... sin duda.
(Los títulos de cada texto, así como el género al que pertenece
la obra, son los de la edición de 1985. En la primera edición [1977] las
partes que la componen son presentadas por su autor como
"contracanciones", género particular creado por él mismo para
definirlas, ante su imprecisa ubicación conceptual, musical y literaria.
En esa edición los textos, cuyos fragmentos no llevan título alguno, se
encuentran agrupados en 3 partes: La I incluye desde Introducción a Uruguay for export, la II es Flor show,
y la III las cuatro restantes. Asimismo, la puntuación empleada es la
que aparece en la misma edición de 1977, habiéndose salvado los errores
evidentes, tanto ortográficos como de fidelidad del texto).
I
La cara del soldador
Era pálida y tonta
Discrimino sin pasión
Suelda el soldador
Con calentura vibrante
Las muñecas suaves
Y olor, el olor fundante.
II
Este tipo, el Soldador, cara de poker de ases, un minón entre gato y modelo narco, cinco autos hechos pija que en el algún momento arreglaría, decidió dedicarte a la proesía y esto fue lo que hizo:
III
En primer lugar tuvo que solucionar sus evidentes problemas de tipografía para que sus compañeros pudieran apreciar el sentido de sus palabras. Su letra, totalmente ilegible, ya le había ocasionado conflictos anteriormente. Fue expulsado de varios talleres literarios por ello: el de Soldadores había sido el último y ya no podía seguir así y esto fue lo que hizo:
IV
Agarró el auto que había terminado de arreglar y se fue vibrante y caliente hacia la casa de un viejo escribiente y le exclamó. Tengo manos suaves para soldar pero no para escribir lo que me dicta el corazón, qué puedo hacer. El escribiente, consternado aprovechó e hizo un trueque: auto por letra legible.
¿Estás cansado de escribir solx en tu casa? ¿Te has quedado sin ideas? ¿Quieres probar algo nuevo y experimentar tus límites creativos? ¡Ven a escribir con nosotrxs!
Durante el mes de febrero -y hasta nuevo aviso- el taller y laboratorio literario El Asador se reunirá los lunes a las 19.30. Nada mejor que un ejercicio de escritura colectiva para comenzar bien la semana... ¡Te esperamos!